Bajo el nombre Premio “Hagámosle a la Paz” y con un incentivo por 10 millones de pesos en recursos en especie, el Observatorio de Realidades de la Arquidiócesis de Cali busca reconocer el compromiso de aquellas expresiones colectivas sociales o comunitarias que a través de sus iniciativas aportan a la construcción de Paz en los municipios de Cali, Yumbo o Jamundí.
El Premio es parte de la acción evangelizadora por la reconciliación y la Paz que la Iglesia Católica en Colombia ha impulsado históricamente bajo el principio de “Bienaventurados aquellos que trabajan por la Paz”.
Los aportes de la Iglesia en torno a la construcción de Paz en Colombia están cimentados en el Evangelio de Cristo y la Doctrina Social que actúan como horizonte y sirven para estructurar los esfuerzos encaminados a la búsqueda de la superación de las violencias desde una espiritualidad colectiva para la Paz.
Durante años, Cali y municipios del área metropolitana han sido noticia por sus heridas. A través del premio se destaca que en estos territorios hay esperanza representada en mujeres y hombres que dedican sus vidas a tejer la Paz con las comunidades y a cuidar la vida.
La urgencia de premiar la Paz
Colombia vive un proceso prolongado de búsqueda de Paz en medio de profundas desigualdades y múltiples violencias. Aunque el país firmó un Acuerdo de Paz en 2016, las comunidades continúan enfrentando conflictos armados locales, disputas por el territorio, violencia juvenil, exclusión social estructural, especialmente en regiones urbanas y rurales del suroccidente.
En este contexto, el Valle del Cauca —y en particular el área metropolitana de Cali, Yumbo y Jamundí— se ha convertido en un territorio emblemático donde la sociedad civil, las iglesias, los jóvenes y las organizaciones comunitarias han sostenido una apuesta diaria por la reconciliación, la memoria y la defensa de la vida.
El Premio “Hagámosle a la Paz” surge entonces como una respuesta concreta: reconocer públicamente a quienes no se resignan ante la violencia y, desde la creatividad y la solidaridad, siembran esperanza en sus comunidades. Premiar la Paz es, en este sentido, una forma de amplificar las voces que transforman y sanar colectivamente el país.
El Premio “Hagámosle a la Paz” entregará recursos en especie equivalentes a $10.000.000 en materiales pedagógicos y acompañamiento técnico especializado para la ejecución de la iniciativa ganadora durante tres meses. El proyecto seleccionado recibirá además asesoría metodológica del Observatorio y espacios de intercambio con otros procesos comunitarios de Paz.
Pueden postularse organizaciones sin ánimo de lucro (fundaciones, corporaciones, asociaciones) y colectivos no formalizados con mínimo 12 meses de trayectoria comprobada en procesos sociales, comunitarios u organizativos en los municipios mencionados.



